sábado, 1 de abril de 2017

SIN SEGURO NO ES SEGURO

Durante  mi ejercicio profesional me ha tocado ver situaciones que me hacen reflexionar sobre lo importante que significa tener un seguro de gastos médicos o estar afiliado a una institución de salud gubernamental.

Cuando una persona está sana, vive ocupada en sus actividades diarias y preocupada por solucionar los problemas que se le presentan en el día a día. Pero quizá  en lo que menos piensa sea contar con algún tipo de seguro médico que la proteja ante cualquier eventualidad. 

Desafortunadamente, esta cultura de la prevención no es habitual en nuestro país y para muchas familias es hasta que la enfermedad se presenta cuando se empieza a buscar los recursos económicos para sacar adelante al enfermo, ya que no hay un sustento reservado para ello. Ante la emergencia se toman decisiones urgentes que pueden afectar la estabilidad familiar en otras áreas, como  poner en peligro el patrimonio al tener que vender, hipotecar o empeñar, que dada la premura con que se realiza, se cae en el riesgo de obtener ingresos por debajo del valor real o cargar con una deuda que vuelva pesada la existencia.

¿Acaso te has puesto a pensar que nadie tiene la vida o la salud comprada? Son muy pocas las personas que acostumbran guardar un dinero extra para atención en salud. Además, la medicina privada de calidad es cara. Se podrá pagar un tratamiento ambulatorio (una enfermedad que se consulta y para la cual se receta un tratamiento que se lleva en casa) sin embargo una cirugía mayor o incluso una hospitalización menor, tienen un fuerte impacto en la economía de las familias.

Hace unas semanas tuve la oportunidad de ver cómo una familia tenía apuros  para solventar los gastos derivados del nacimiento de su hijo, que nació por cesárea antes de tiempo y con  un cuadro de neumonía. La cuenta en la clínica, minuto a minuto se incrementaba, por lo que la familia decidió trasladarlo a una clínica de salubridad. Sin embargo, no tenían en cuenta que la ambulancia de la Cruz Roja, les cobraba por hacer el traslado de su bebé. Posteriormente, al ingresar al Hospital General de Salubridad, se enteraron que una estancia en ese lugar tendría un costo económico por día, que tendrían que comprar algunos medicamentos (por el desabasto del hospital) y que algunos estudios (como un electrocardiograma) se tendrían que hacer de forma particular. El padre preguntó si existía algún tipo de apoyo y obtuvo por respuesta que al final le podrían hacer un estudio socioeconómico para ver si era factible aplicar algún descuento, pero esto no era algo definitivo. Otra opción que le dieron al papá, fue de que asegurara a su hijo y familia al seguro popular y de esta forma no le cobrarían, situación que así se realizó, por lo que al final del proceso de hospitalización, no se pagó nada, pero si fue necesario que comprara medicamentos e hiciera estudios de gabinete por fuera. Hago un paréntesis en este relato para hacer un reconocimiento al personal de Salubridad que hace esfuerzos sobrehumanos para sacar adelante su trabajo y a sus pacientes, pues desafortunadamente, las condiciones del hospital son limitadas.

La anhelada espera de la llegada de su hijo tuvo un final estresante y angustiante, por la salud del bebé y por los gastos de atención médica que requirió, para lo cual no estaban preparados. Una fuerte deuda se les presentó,  pues tuvieron que gastar en la clínica particular, en el traslado de ambulancia, en su alimentación, en medicamentos del bebé, además de no ir a laborar por estar al cuidado de su hijo. Nadie se  imagina los imprevistos que pueden presentarse con el nacimiento de un bebé.

Si tienes la fortuna de contar con un seguro de gastos médicos, es importante tener en orden y disponible la documentación necesaria, averiguar las instituciones otorgan el servicio que se está pagando, a cuánto asciende tu seguro, cuánto tendrás que pagar de deducible y reservar ese dinero en una cuenta de ahorro que sea intocable.

Otra situación que se presenta es que en nuestro país, a la mayoría de los trabajadores, las empresas los aseguran en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pero no acuden a la clínica para hacer su trámite de afiliación o asignación de consultorio. Por tal motivo, es común ver a pacientes con vendajes, heridas, en silla de ruedas, enfermos, haciendo largas filas para poder registrarse. O sea que hasta cuando lo necesitan hacen el trámite. El asegurado espera  tener un problema de salud (él o su familia) para hacer el procedimiento.

En la actualidad existe una modernización del servicio del IMSS y se puede hacer la afiliación de forma digital a través de SUSITIO WEB o también en una Aplicación llamada IMSSDigital que se puede descargar a los móviles por App Store, Google Play o Windows Phone. Los trámites que con esta aplicación se pueden hacer son: obtener o consultar el NSS (Número de Seguro Social), darte de alta o cambiar de clínica, consultar tu vigencia de derecho, dirección de clínicas y hospitales y localizar la clínica a la que perteneces por tu código postal. También existe un número telefónico para solicitar cita para una consulta: 01-800-681-2525. Se recomienda aceptar el horario que se otorgue, pero en el turno matutino se deberá presentar antes de las 13:00 hrs y en el turno vespertino antes de las 20:00 hrs pues será muy difícil que se le atienda después de esa hora.

También el ISSSTE se ha modernizado y en la actualidad ofrecen ISSSTEtel como medio para obtener citas sin tener que acudir a sus instalaciones a través de un número telefónico o por vía internet.

El Seguro Popular de la Secretaría de Salud puede ser una alternativa económica para aquellos que no tienen la posibilidad de acceder a los dos anteriores (IMSS o ISSSTE), con sus limitantes y carencias. Desafortunadamente, todas estas instituciones tienen un problema en común: sobrepoblación, que las vuelve insuficientes.

Cuando menos lo esperamos nuestra condición de salud puede cambiar a enfermedad. Por lo que es necesario mantener vigente el seguro de salud, institucional o particular, pues la prontitud en la atención puede significar vida o muerte.

Recuerda, en la medida posible, tener guardado un dinero extra que te pueda servir en un momento de emergencia. Que no te quede un sentimiento de culpabilidad por que algún miembro de tu familia se complique o fallezca por no haber podido recibir una atención médica oportuna.

Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista en Medicina Familiar

Cancún, Quintana Roo, México. Abril del 2017



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